La deshumanización: Contrata lento y despide rápido

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despedir2En la revista Emprendedores de este mes, Junio de 2018, viene un montón de información valiosa para emprendedores.

En concreto hay 50 pinceladas de 50 «Start Up». Empresas en periodo de puesta en marcha o crecimiento.

Me parecen muy interesante los puntos de vista que van teniendo casi todos los emprendedores, sea del nicho de mercado que sea.

Digo casi porque las fundadoras de «Tiendeo», aplicación web de ofertas y catálogos. Dan el siguiente mensaje que me parece muy desafortunado:

«Contrata lento y despide rápido»

Y lo matizan con:

…Y la primera vez que pienses que tienes que despedir a alguien, hazlo, no dejes pasar el tiempo.

Esa es la pincelada de las dos hermanas fundadoras Eva y María Martín. Creo que podrían aportar algo más que esa frase poco empática.

Estamos tan acostumbrados a asumir frases así, acuñadas por los dirigentes de las empresas, que casi no le damos importancia.

Por el amor de Dios, somos personas. Si has contratado a alguien de forma lenta, es porque sabes las fortalezas y debilidades de esa persona. No lo trates como un robot prescindiendo de esa persona a las primeras de cambio.

Cuando contratas a alguien lo haces con sus fortalezas y debilidades, si durante un tiempo sus debilidades son más evidentes porque no somos robots, entonces negocia, habla, motiva, cede, exige… Pero no despidas porque se te ha pasado por la cabeza.

¿A qué se debe que esa persona no rinda como se esperaba? ¿Quizás el cambio viene de la propia empresaria?

Y si esa persona no está motivada, ¿De quién es la culpa?

Existen muchos factores dentro de una empresa cuando alguien no rinde como se esperaba. Y muchos de esos factores no son solo debidos al empleado, también a la empresa.

¿Entonces lo más fácil es prescindir del capital humano? Me resulta difícil creer que esa falta de humanidad lleve a la larga al éxito. De hecho, cuando alguien despide a otra persona porque le parece que no rinde lo suficiente, ese empresario/a ya ha fracasado en lo que importa.

Tenemos mucho que aprender de los japoneses, donde las empresas no despiden a sus empleados. Se intenta llegar a una solución honrosa para las dos partes (se le cambia de departamento, por ejemplo), porque las dos partes tienen la culpa. Eso he dicho, las dos partes.

Cambiaría esas frases desafortunadas por:

Si alguién te decepciona con su trabajo entonces habla con él, negocia, cede y exige.

 

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